Anteayer fuimos con Eduardo al restaurant "Como Agua para Chocolate"... bonito, pero como yo soy una persona de gustos muuuuuy definidos, no me tincaba nada. Finalmente pedí un filete con tocino, queso y salsa de piemienta, acompañado con espinacas a la crema... iwal rico, pero no para morirse.

Encontré que tenían pocas alternativas, por lo menos de carne... obviamente ni miré los mariscos y pescados.

Eduardo se comió un costillar con salsa de vino y un puré campesino, ponte tu, que eran papas "aplastadas con un tenedor", o sea, casi enteras

Y de postre, obviamente.... chocolate, chocolate y más chocolate. Eduardo pidió una especie de fondue (chocolate amargo... habría sido más rico dulce) y frutitas para untar...

Estaba lleno de turistas brasileños, que miraban a la chica que los atendía con cara de no entiendo nada, así que Eduardo salió al rescate y casi se pasó la noche conversando con los brasileños, luego de explicarles el menu.
Resumiendo, a ninguno de los dos nos gustó mucho.