Cómo entender la depresión ajena

Posted on 9:27 In: , ,

Este post es bastante más largo de lo que acostumbro a escribir, pero lo amerita.
Hace algunas semanas, en la revista Ya de El Mercurio, salió esta columna de Paula Serrano, sicóloga, en que resume increiblemente de qué se trata la depresión y cómo acompañar a quien la sufre.


A continuación, algunos extractos:


Cómo acompañar a alguien con depresión

Quien nunca se ha deprimido no puede imaginar el horror que vive quien padece de este mal. No se trata de tristeza solamente, ni de desgano, ni de falta de apetito, ni de irritación, ni de insomnio, ni de falta de concentración, síntomas todos asociados a la depresión.


La depresión es un coqueteo con la muerte. Por leve que sea el cuadro, siempre está ahí la muerte, al acecho. No la búsqueda de la muerte (salvo en caso muy severos) sino la idea de la muerte. Como miedo, como hipocondría, como vínculo desesperado con objetos queridos, como obsesión, como idea, como posibilidad, como infinito cansancio, como pérdida de la belleza (el color y el gusto), como inquietud perpetua, como anhelo de descanso.

¡Es que es tan difícil y doloroso estar vivo o descansar o gozar si se está deprimido!

Surge a veces sin aviso y sin motivos aparentes. La persona que está deprimida trata de explicar a sus cercanos y no puede, porque cada vez que se pone en palabras el dolor síquico que representa, se trivializa de tal manera que el paciente se siente aún más solo que antes de expresarse.

Los parientes y los amigos intentan consolar, tirar para arriba al deprimido, incluso a veces se impacientan de la falta de empeño que éste le pone a recuperarse. “Lo tiene todo, no tiene derecho a ser tan malagradecida”, me decía un marido de su mujer deprimida. “Pero si no le ha pasado nada malo, ¿por qué está así?”, me decía una madre de su hijo deprimido.

La siquiatría y la sicología han descrito mil causas y mil cursos de la enfermedad y de sus tratamientos, y sigue siendo un misterio en gran medida. Tal vez lo único que nadie discute es su base biológica fuerte y su asociación a pérdidas devastadoras en la infancia. Pero por qué surge a los 60 o a las 20, porque hoy y no ayer, no sabemos. Sí aventuramos muchas explicaciones, pero el misterio de la muerte que acecha a una persona viva sigue ahí apurando a los expertos porque se sabe que es la pandemia del siglo XXI.

Quien la vive está en el frío más brutal, sin esperanzas de que llegue la primavera.

Tal vez lo más sano es acompañar sin forzar y sin consolar racionalmente a quien sufre esta enfermedad. Ayuda la sicoterapia y la sicofarmacología, pero, como el cáncer, quien la padece no es responsable ni está en control de su mal. Quienes trabajamos en salud mental aprendemos a escuchar con respeto y a honrar el dolor inexpresable de los depresivos. Mientras más grave el cuadro, mayor silencio y mayor vacío, al punto que uno siente que cualquier palabra es inútil, pero que escuchar no lo es. Mujeres que han cuidado a hijos o padres o maridos deprimidos relatan que tocarlos ayuda, al menos les da calor y les disminuye el miedo, algo que se asemeja al descanso.

La buena noticia es que hoy se recuperan todos o casi todos, la mala es que todos somos candidatos.


Sólo iba a poner un extracto, pero al leerlo de nuevo, veo que es necesario leerla entera. Realmente grafica qué es la depresión y definitivamente, como dice ella, quienes no la han vivido NO pueden entendernos. No estamos hablando de una "depre", sino de una DEPRESION.

Ver para creer

Posted on 8:09 In: , ,

Juan 20,24-29.

Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos
cuando llegó Jesús.
Los otros discípulos le dijeron: "¡Hemos visto al Señor!". El les respondió: "Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré".
Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: "¡La paz esté con ustedes!".

Luego dijo a Tomás: "Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe".
Tomas respondió: "¡Señor mío y Dios mío!".
Jesús le dijo: "Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen
sin haber visto!".
Sin duda, este texto se refiere a la fe. La fe , para mi, significa creer en Dios, Jesucristo, la Virgen y el Espíritu Santo, sin haberlos visto con nuestros ojos, pero sí con nuestro corazón.
Porque la fe es creer sin haber visto con los ojos. En la consagración creemos , mediante la fe, que la ostia se convierte en el cuerpo de Jesus y el vino en su sangre, aunque sigamos viendo sólo una ostia y sólo vino. Y al comulgar estamos recibiendo el cuerpo de cristo... eso es un signo de fe.
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A propósito, terminé mi curso de "ministro de comunión", más bien servidora en la eucaristía y el domingo recién pasado por primera vez di la comunión. Es maravilloso y un honor poder entregar el cuerpo de Cristo a las personas.

Mala pata...... en serio

Posted on 5:27 In:

La semana pasada me fracturé el dedo chico del pie izquierdo, por suerte no se enyesa ni nada, sólo se "embarrila" (se junta con el dedo bueno de al lado con mucha tela adhesiva).

Digo por suerte no se enyesa, porque anteayer me cai en la calle (no se que es peor si el dolor de la caida o la vergüenza de caerse en la calle y que venga gente a recogerte). En fin, resultado de esta caida....... esguince en el tobillo derecho....... que no les puedo explicar como dolió (además, pobrecita yo, tuve que irme sola a la clínica con este dolor inmenso y además temprano en la mañana es re dificil que pasen taxis por Tabancura), dos días de reposo y hoy de vuelta al laburo.

Por eso digo que qué suerte que no enyesaran el dedo quebrado..... sería medio ridículo andar con los dos pies inmovilizados.