El viernes empezó Campahi (campamento padres e hijos) del grupo scout de la Anto. Los niños se van el viernes y los papás vamos el sábado a un asado y sólo los valientes se quedan a pasar la noche hasta el domingo.

Este año me hice la valiente y me quedé.... claro que el alzheimer me jugó una mala pasada y se me quedó el saco de dormir en Santiago, pero no había tanto problema, llevé un colchón que se infla y me prestaron varias mantas..... el problema fue que se me desinfló el colchón, así que terminé durmiendo en el suelo, tapada por un par de mantas, por suerte fue Eduardo así que tuve mi propio guatero que de algo me sirvió para pasar el frío.

El Campahi estuvo genial... fue casi todo el grupo selecto del San Esteban, hicimos un rico asado con todo el grupo, volvimos a ser scout con los juegos, los gritos, las danzas ..... y el fogón el sábado en la noche que nos trajo varios recuerdos.

Claro que el domingo la sejuela nos pasó la cuenta por dárnosla de jóvenes... jajaja... nos dolían varios músculos del cuerpo, entre caminar, subir un cerrito para ir al "baño", cargar con el cooler que estaba pesado, Eduardo jugó el juego de grupo que consistía en correr harto, dormir en el suelo, etc...

El lugar precioso, Río Colorado en el Cajón del Maipo.

Yo siempre he dicho que en los campamentos uno se muere de frío, duerme mal, el suelo es duro, uno se muere de hambre (en los campamentos scout de cuando yo era chica, por lo menos), pero son lo más entretenido del mundo y uno sólo recuerda lo bien que lo pasó.

Resumiendo, Campahi estuvo estupendo, y definitivamente el próximo año pienso quedarme de nuevo, claro que esta vez con saco de dormir :o)