Anoche hubo una "tormenta de viento" fantástica... con aire tibiecito y un olor entre lluvia y viento muy rico. Las nubes estaban de un color gris anaranjado que prometían tormenta eléctrica, pero nunca fue.

Con la Antonia disfrutamos de este fantástico fenómeno climático, claro que dando gracias por tener una casa y un techo que soportara este viento.

En fin, el viento trajo un momento de observación y asombro de la naturaleza, muuuuuchas hojas y por lo menos donde yo vivo unas gotas por aquí y otras por allá, pero suficiente para que al estar sintiendo el viento nos cayeran unas poquitas gotitas en la cara.

Hay que parar y mirar la naturaleza, ya sean los árboles en esta época, sobretodo los liquidambar de colores dorados, amarillos, verdes, o las nuves que parecen helado de chirimoya, o la luna y las estrellas (las pocas que se ven en Santiago), o parar y oler el olor del pasto recién cortado, o el olor a lluvia...